Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Durante el desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2021 (COP26), en Glasgow, Escocia, México ja sido exhibido como una nación que en el papel afirma ser defensor del medio ambiente, pero en los hechos ha demostrado todo lo contrario.
Una preocupación a nivel mundial ha sido el cambio climático, el cual ha provocado situaciones extremas de frío y calor, cambios en las temporadas de lluvias ya sea con exageradas precipitaciones o graves sequía, así como el descongelamiento de los glaciares polares, entre otras consecuencias.
Entre los factores que han provocado esos problemas han sido, entre otros, la acelerada deforestación de bosques y selvas, así como la excesiva emisión de contaminantes por el uso de combustibles de origen fósil, es decir los hidrocarburos, razón por lo cual se buscan solucionar esas problemáticas antes de ser demasiado tarde para, literalmente, todo el mundo.
No debe olvidarse que diversos estudios internacionales ubican a México como uno de los países más contaminantes, tanto a nivel regional como mundial. Incluso en, la COP-26 organizaciones de la sociedad civil le otorgaron el segundo lugar en el nada honroso premio de ’Fósil del Día’, solo detrás de Arabia Saudita, por sus mínimas acciones por lograr una transición energética y sus insuficientes políticas climáticas.
Acerca de los acuerdos en la COP-26 inicialmente nuestra nación no se había unido a la Declaratoria sobre la Recuperación de Bosques en el Mundo, cuyo objetivo es que en nueve años los países firmantes detengan y reviertan la pérdida forestal y la degradación de la tierra. Y es que México no apareció entre las 105 naciones firmantes, pero se rectificó esa decisión.
Además, México se unió a la declaración donde gobiernos de mercados emergentes y economías en desarrollo, como es nuestro caso, para trabajar intensamente hacia la adopción y proliferación de vehículos de cero emisiones, donde uno de los principales compromisos es que entre 2035 y 2040 se fabriquen vehículos automotores que no utilicen combustibles de origen fósil, como es el petróleo y sus derivados.
Pero resulta que ahora nuestras autoridades se retractan virtualmente al afirmar que ese acuerdo no es vinculante, es decir, tiene un enfoque de responsabilidades comunes pero diferenciadas, con lo cual pretende marginarse de ese compromiso. En definitiva, aunque en el discurso el gobierno federal exprese estar en favor del medio ambiente, en los hechos no respalda las acciones que lo demuestren y México queda exhibido como un país irresponsable.
