Mañaneras, desvirtuadas

Aunque Andrés Manuel López Obrador inició con sus conferencias de prensa mañaneras desde que era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal y las repitió como presidente de la república, supuestamente era para informar acerca de sus labores y avances administrativos, pero la realidad es que han sido un arma política usadas en su favor.
Cuando fue mandatario capitalino su fin era marcar la agenda política del día, con el propósito de señalar supuestos errores y fallas del gobierno del entonces presidente Vicente Fox Quesada, pero también la verdad preparaba su candidatura presidencial para el 2006.
Actualmente, su propósito es polarizar a la sociedad en favor de su Cuarta Transformación.
Ahora, con el apoyo de las redes sociales, de los medios de comunicación del gobierno federal y periodistas leales a su gobierno, se ha dedicado a usar las mañaneras para intentar crear una realidad alterna a lo que sucedido y, para ello, se ha especializado en crear cortinas de humo a fin de ocultar el clima de violencia que se generaliza en todo el país.
Para ello la semana pasada el inquilino de Palacio Nacional volvió a arremeter contra periodistas. El miércoles, durante la sección de ’Quién es quién en las mentiras’; Elizabeth García Vilchis, señaló a la periodista Laura Brugés de encabezar un chat adverso al presidente, lo cual fue suficiente para ser despedida de Radio Fórmula, donde llevaba años trabajando.
La periodista precisó que ella estaba inscrita en el chat como parte de sus actividades periodísticas, pero su reclamo fue ignorado.
Después, el propio López Obrador reveló el jueves que Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga fueron objeto de una auditoria por un aparente adeudo fiscal en diciembre de 2021, situación que fue atendida en tiempo y forma, pero dando a entender que se trataba un supuesto fraude. Ante ello, el conductor en Radio Fórmula e Imagen Televisión expresó que todo el proceso se realizó de forma correcta y no entendía el por qué hacerlo público hasta hoy.
Pero con quien se enfrentado de forma directa es con el empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Televisión Azteca, Elektra y Total Play, entre otros negocios donde emplea a más de 170 mil personas, reclamándoles adeudos fiscales por 63 mil millones de pesos, hecho negado insistentemente. El nuevo punto en conflicto es la ’cancelación de la concesión’ de un campo de golf en Huatulco, Oaxaca, el cual ahora se transformaría en un parque público.
Pero de la violencia política, de los actos del crimen organizado y la aparición de cadáveres, de esos temas no habla el presidente en las mañaneras, como si no existieran.