Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Finalmente sucedió lo que tarde o temprano debía acontecer: Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco durante el gobierno de Adán Augusto López Hernández y presunto jefe del cartel criminal conocido como ’La Barredora’, fue detenido en Asunción, Paraguay, donde permaneció ocultó al menos los últimos cinco meses, en un operativo donde participaron elementos policiacos de México y de esa nación sudamericana.
Posteriormente, un juez de Paraguay dictó prisión preventiva en su contra y durante una primera audiencia rechazó ser extraditado de manera voluntaria. Además, la Fiscalía de Paraguay reportó que en la tarde del sábado tuvo lugar la primera audiencia del exfuncionario, por lo que ahora iniciará el proceso de extradición a México, proceso legal que supuestamente ya inició el gobierno federal y, de acuerdo con la prensa de ese país, puede prolongarse al menos por espacio de sesenta días, en caso de que no existan impugnaciones legales.
Por supuesto hubo reacciones en las redes sociales de los mandatarios de ambas naciones. Mientras Claudia Sheinbaum agradeció la colaboración recibida para esa captura y que ’nuestra estrategia de atención a las causas y cero impunidad, disminuye la violencia en nuestro país’. En tanto. el paraguayo Santiago Peña Palacios, resaltó que se dio ’un golpe contundente al crimen organizado transnacional’.
Ahora el tema será en cuánto tiempo se cumplirá la extradición de Bermúdez Requena y lo que podría conjeturarse sería hasta cuándo podrá suceder.
Por un lado, el que el exjefe policiaco tabasqueño no haya aceptado ser traído a México voluntariamente podría tener varias implicaciones, como el temor a cómo va a ser tratado tanto legal como políticamente por las actuales autoridades, es decir sí se intenta cargarle no solo todo el peso de la ley, sino también sea el único implicado en ser enjuiciado. Además, tampoco podría desecharse que intente negociar algo con algunos posibles funcionarios implicados,
Pero por otro, cuánta resistencia de políticos podría existir para impedir o retardar su extradición, no solo por temor a todo lo que pueda revelar sino, además, a que con sus declaraciones sean perjudicados y también ser sujetos a procesos legales y penales.
Ya se verá cómo avanza toda la tramitología, lo cual podría interpretarse como la actitud de nuestras autoridades en este proceso legal, sí es que en realidad se aplicará todo el peso de la ley, caiga quien caiga, o si Bermúdez Requena podría recibir algún tipo de protección de la autollamada cuarta transformación.
