La llamada ’sal del Himalaya’ no proviene realmente del Himalay, sino de minas ubicadas en Pakistán, a varios cientos de kilómetros de esa cordillera. Su fama se debe más al marketing que a sus propiedades reales.
Su color rosado proviene de minerales como el hierro, pero nutricionalmente no ofrece ventajas significativas. La sal de mesa, por su parte, es refinada y suele estar yodada, lo que ayuda a prevenir deficiencias de yodo.
La sal de mar se obtiene por evaporación natural y conserva algunos minerales traza. Si se busca salud, la mejor opción es la sal yodada común, usada con moderación, más que seguir modas.
*Lo importante es moderar la sal @inakiaa