Alebrijes en Cuadratines
Adrián Chavarría Espinosa
El pasado 10 de septiembre se registró el más grave siniestro de los últimos años en el Valle de México, cuando una pipa de gas explotó en la parte baja del Puente de la Concordia, ubicado en la alcaldía Iztapalapa, donde el saldo fatal fue de más de un centenar de heridos, principalmente por quemaduras, así como más de treinta muertos.
Ese puente registra gran afluencia vehicular, al ser donde confluyen las calzadas Ignacio Zaragoza y Ermita Iztapalapa, así como la autopista México-Puebla y la carretera federal México-Texcoco, por lo cual es el punto crucial de entrada y salida de la Ciudad de México. De ahí que sea un gran punto de paso de personas.
Lo relevante es que cuando sucedió esa tragedia, volvió a surgir la solidaridad cuando muchas personas intentaron ayudar a las personas que resultaron quemadas, aunque lamentablemente en varios casos no se tuvieron los mejores resultados.
Además de los siniestros en casas por fugas de gas, que en ocasiones pasan inadvertidos, recientemente se han registrado más incidentes con pipas de gas, donde afortunadamente las situaciones no pasaron a mayores. Por ejemplo, el 8 de octubre hubo uno bajo el viaducto metálico entre las estaciones Olivos y Nopalera de la Línea 12 del Metro, zona de Tláhuac. donde se registró el colapso de mayo de 2021.
Esta vez, presuntamente una de las llantas de la pipa habría estallado, por lo cual el conductor perdió el control y se impactó contra otro vehículo. Por el golpe, las válvulas de seguridad se dañaron y se originó la fuga. Elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos controlaron la situación mediante una liberación controlada de gas.
El otro accidente ocurrió al día siguiente en la zona de Polanco, en el cruce de Avenida Homero y Emerson, cuando hubo por fuga de gas de otra pipa se movilizaron los servicios de emergencia, incluido personal especializado y unidades de apoyo necesarias, todo ello para garantizar la seguridad de residentes y transeúntes en el perímetro afectado.
Incluso, el pasado sábado hubo un choque entre dos pipas que transportaban petróleo crudo en el kilómetro 72 de la autopista México-Puebla, presuntamente por una falla en los frenos de camión, con una persona lesionada y el cierre de vialidad por varias horas.
Pero ante lo sucedido en Iztapalapa, fue notable que las personas no supieron cómo actuar. Incluso muchas arriesgaron su vida cuando intentaron grabar videos y tomar fotos con sus teléfonos celulares, al pensar que la nube de gas era tierra o algún otro producto.
En el caso de Iztapalapa, tras el estallido, varios individuos quemados intentaron escapar corriendo y otros buscaron auxiliar a los quemados, aunque lamentablemente no fueron las mejores decisiones. La primera recomendación es alejarse lo más pronto posible del sitio, ya que la onda expansiva puede provocar daños. incluso a varios metros de distancia.
De acuerdo con el doctor Joel Bucio Rodríguez, médico especialista en urgencias médico-quirúrgicas, atender a una persona que se está quemando puede ser muy complejo porque las medidas inmediatas dependen del lugar y la causa del incendio. Sin embargo, explicó que existen cuatro aspectos básicos por aplicar antes de la llegada de los servicios de emergencia, aunque en la práctica pueden aplicarse simultáneamente.
Primero, detener el proceso de la quemadura, donde la persona en llamas debe permanecer quieta, tirarse al suelo y rodar. De ser posible, taparse la cara con manos para no quemarse. No debe correr porque eso genera más oxígeno y aviva al fuego. Si alguien permanece en el suelo en llamas, debe se cubierta con algún trapo o tela para disminuir el oxígeno y sofocar el fuego, pero sin usar telas sintéticas o de nylon, tampoco abanicar o echarle aire. También, como último recurso, echar agua para apagar el fuego.
Segundo, al apagarse el fuego la quemadura debe enfriarse con la aplicación de mucha agua en temperatura ambiente, no muy fría ni helada y si es purificada mejor, por lo menos por cinco minutos. Si hay quemaduras en los ojos, también se deben lavar con mucha agua.
Tercero, prevenir la hipotermia, ya al enfriarse la quemadura puede existir un choque de temperaturas entre la zona quemada y el agua. También se deben quitar ropa y accesorios, ya que la piel empieza a inflamarse y pueden causar un tipo de torniquete. Posteriormente, el cuerpo debe cubrirse con una manta o tela seca y, de ser posible, llevarlo a algún sitio cubierto. En caso de que trozos de tela estén pegados a la piel no deben retirarse, como tampoco romper las ampollas cuando se formen.
Por último, deben protegerse las zonas quemadas, lo cual puede suceder junto con el anterior paso; además, se pueden colocar gasas o vendas limpias en zonas quemadas, pero sin aplicar en la piel ninguna otra sustancia, como pomadas, harina o sábila. También es recomendable, en la medida de lo posible, que quien ayude use cubrebocas.
Si bien sería complicado realizar simulacros nacionales, tal como sucede con los de los temblores, se podrían organizar en escuelas, colonias, centros comunitarios, a fin de que las personas sepan cómo responder ante una contingencia de explosión, de cualquier tipo, así como de incendio. Sin duda sería una positiva medida preventiva.