Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
La presidenta Claudia Sheinbaum fue víctima de acoso personal el pasado martes, cuando se trasladó a pie desde Palacio Nacional al edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, a tres cuadras de distancia. Afortunadamente este caso no pasó a mayores y el acosador, además de haber sido denunciado, ya fue detenido por elementos policiacos de la capital.
Este incidente se presta para dos reflexiones acerca de la mandataria. La primera es que ella se siente confiada en mantener un amplio respaldo popular. De acuerdo con dos encuestas difundidas recientemente su popularidad se ubica en 70%. Aunque en la de El Financiero tuvo una caída de 15 puntos desde febrero, cuando sumó 85%; la de El Economista señala que desde ese mismo mes apenas subió dos unidades, cuando se ubicaba en 68%.
Probablemente convencida en ese respaldo decidió salir a la calle, pero no debe olvidar que actualmente, gracias a la forma de pensar del expresidente Andrés Manuel López Obrador –quien con sus dichos y actitudes estableció que sí no se estaba de su lado, entonces se estaba en su contra–, se vive una sociedad muy polarizada por lo cual parte de ese 30% que la reprueba podría cometer algún tipo de agresión física en caso de tener alguna oportunidad.
Si bien no ha repetido la frase lopezobradorista de que ’el pueblo bueno la protege’, aparentemente la acepta y por eso salió a la calle sin aplicar un adecuado protocolo de seguridad, lo cual es riesgoso no solo para ella sino para todo el país por su cargo político. Esta debe ser una llamada de atención para mejorar su seguridad personal, incluso pensar en reponer el Estado Mayor Presidencial o un grupo semejante preparado para toda contingencia.
Por otro lado, Sheinbaum fue víctima de una agresión personal, de las mismas que padecen muchas mujeres no solo en sitios públicos, también en centros laborales, transporte público, escuelas, incluso en sus propias casas, ataques que normalmente quedan impunes.
En este caso el ’probable responsable del acoso’ es una persona que al menos cometió ese tipo de acto en dos ocasiones, una de ellas en las calles Bolívar y Tacuba, Centro Histórico capitalino el mismo día del ataque contra la presidenta. Tras revelarse su descripción se efectuó un operativo de búsqueda para lograr ser detenido y puesto a disposición del Ministerio Público.
Si bien Sheinbaum fue auxiliada de inmediato y se capturó al ’presunto agresor’, se debe pensar en cuántos casos ni siquiera son atendidos al ser ignorados cuando se denuncian ante las autoridades. Ojalá y los ministerios públicos actúen de inmediato ante este tipo de situaciones y que no solo por haber sido la presidenta, se actuó de forma rápida y eficiente.
