Mayor comercialización en el futbol

Lo que comenzó en 1930 en Uruguay con trece selecciones participantes, en lo que fue la Primera Copa del Mundo de Futbol, organizado por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), se ha transformado en el organismo mundial con 211 naciones afiliadas, 18 más que la Organización de las Naciones Unidas.
Pero ese crecimiento no ha sido solo en el número de afiliados sino en intereses de tipo comercial, lo cual se ha reflejado entre otras cosas, en la cantidad y calidad de empresa patrocinadoras, en que las transmisiones de los partidos, que en su gran mayoría ya no son gratuitas, y en el cada vez más numeroso grupo de selecciones participantes en los mundiales.
Si bien en Uruguay el número de participantes se había establecido en16 –tres no se presentaron–, ese número se mantuvo fijo hasta en 1978, cuando el Mundial se realizó en Argentina; después, desde 1982 en España y hasta 1994 en Estados Unidos, la cantidad se incrementó a 24; y desde 1988, en Francia y hasta Qatar en 2022, la cifra se elevó a 32.
Para 2026, cuando se realice el primer mundial organizado por tres países –México, Estados Unidos y Canadá–, competirán un total de 48 selecciones. Es decir, no solo es el afán de tener un mayor espectáculo, sino también el que la FIFA obtenga mayores ingresos económicos, ya que prácticamente podrán participar una de cada cuatro naciones afiliadas. En resuman, más cantidad y menos calidad.
Más no conforme con ese crecimiento de selecciones participantes en cada Copa, ahora la FIFA planea organizar una reunión "cumbre en línea" el próximo 30 de septiembre, con el propósito de consultar a sus federaciones miembros sobre su controvertido proyecto de organizar un Mundial cada dos años en lugar del actual esquema de cada cuatro.
El problema es que confederaciones como la europea, UEFA, y la sudamericana Conmebol, no se han mostrado partidarios de esta iniciativa, al verse perjudicados en la organización de sus destacados torneos regionales que, por supuesto, también les dejan muy buenas utilidades.
Sinceramente el interés de la FIFA no es deportivo sino económico al buscar ganar más dinero, pero se expone a que los aficionados –los verdaderos y conocedores, no los fanáticos–, les den la espalda y eviten caer en trampas de comercialización, dejando de de seguir estos torneos los cuales, además, provocarán un gran desgaste físico de los futbolistas, es decir su materia prima, quienes hasta el momento no han sido consultados sobre esta propuesta.