Más restricciones por Covid-19

A causa de la pandemia y tal como ha sucedido a lo largo del año, se han cancelado festejos familiares, cívicos, sociales y religiosos, lo que se repetirá en las próximas semanas cuando, primero, se celebre Día de Muertos, después el Aniversario del inicio de la Revolución Mexicana y por último los festejos por la aparición de la Virgen de Guadalupe.
Si bien antes existía, digamos, cierto interés por mantener las medidas de confinamiento y se respetaba el confinamiento en casa y hasta resultaba algo agradable y en la medida de lo posible ejecutar el trabajo en casa, tras el paso de los meses las personas ya se han fastidiado y buscan salir a casa, como sucedía en la anterior normalidad.
Por ello, a pesar de que el semáforo epidemiológico a nivel nacional predomina en color naranja, con varios estados entre rojo y amarillo y solo uno –Campeche–se mantiene en verde, lo cual significa que persiste el riesgo de contagio de coronavirus, pero presuntamente muchas personas prefieren ignorarlo para acudir a fiestas, tianguis y reuniones laborales.
De esa forma es como las autoridades califican pronostican lo que califican como rebrote del coronavirus, aunque realmente en México nunca se ha registrado un verdadero descenso de casos, por lo cual se anticipa que en las próximas fechas festivas se registren aglomeraciones de personas ya sea en panteones, iglesias y por festejos cívicos.
Por todo lo anterior diversas autoridades anticiparon el cierre de panteones en Días de Muertos, aunque ello signifique en especial otro golpe económico a floricultores; la cancelación de eventos religiosos no solo en la Basílica de Guadalupe, también en numerosas iglesias y domicilios y el no realizar los tradicionales desfiles cívicos deportivos militares.
Resulta comprensible el deseo de las personas por retomar sus antiguas actividades, pero también es necesario entender que al salir de casa, por cualquier necesidad, se deben cumplir con las medidas de seguridad necesarias para evitar un contagio, como el lavado constante de manos, uso de gel antibactericida y portar correctamente el cubrebocas.
Lamentablemente qué podemos esperar si las mismas autoridades dan un pésimo ejemplo al omitir esas recomendaciones, comenzando por el presidente que se siente inmune y rechaza usar el cubrebocas en actos públicos, a pesar de que ya un buen número de personas cercanas a él han resultado contagiados, o diputados que ignoran la sana distancia, ya sea para enfrentarse personalmente con sus adversarios o buscan la foto con el doctor López-Gatell, como si fuera un gran reconocimiento que debería guardarse para la posteridad.