Comunidades campesinas e indígenas de Veracruz y San Luis Potosí, junto con científicos, activistas y legisladores, exigieron al Congreso de la Unión cumplir la promesa de prohibir el fracking en México.
Con una exposición fotográfica que documenta la infraestructura, los impactos y las resistencias frente al fracking, y el foro ’Fracking en México: riesgos, impactos y resistencias’, se llevó al Congreso de la Unión una exigencia clara: detener esta técnica extractiva que amenaza la salud, el agua y el territorio.
La Dra. Sandra Steingraber, bióloga reconocida internacionalmente, presentó los hallazgos de más de 2,500 estudios científicos que demuestran que todos los métodos de fracking son peligrosos. Durante la última década, Steingraber y un equipo de científicos de la salud han documentado los efectos nocivos de esta técnica sobre las comunidades cercanas, tanto por la contaminación del agua como del aire. ’No existe solución tecnológica capaz de hacer del fracking una práctica segura’, advirtió. Sus argumentos fueron clave para la prohibición del fracking en Nueva York en 2014.
Por su parte, Sharon Wilson, termógrafa certificada con casi 20 años de experiencia en Texas, compartió su testimonio: ’Les dirán, como nos dijeron a nosotros, que su agua estará segura. No les hablarán de los niños que han tenido que silenciar para mantener esa mentira. Hoy el fracking requiere más agua que hace una década’.
El Dr. Luca Ferrari, geólogo de la UNAM e investigador nacional emérito, alertó sobre la inviabilidad económica del fracking en México. Aunque los planes de Pemex buscan recuperar la soberanía energética, su meta de producción apenas cubriría el 2.5% del consumo nacional de gas registrado en 2024. Además, implicaría contratos con empresas extranjeras para explotar yacimientos no convencionales.
Ferrari advirtió que el costo de producción por fracking es insostenible: en Estados Unidos, el 76% de los 10,000 pozos iniciados en 2025 solo sirven para compensar la caída de producción de pozos anteriores. La Agencia Internacional de Energía estima que el costo por barril podría alcanzar los 95 dólares en los próximos años. En México, explotar recursos no convencionales costaría entre el 33% y el 60% del presupuesto de Pemex para 2025.
’Si el objetivo es la soberanía energética, hay que reducir el consumo de energía fósil e invertir en transporte público y en una reorientación industrial hacia las necesidades básicas de la población’, concluyó Ferrari.
Durante el foro, especialistas señalaron que el fracking está vinculado a enfermedades como cáncer, asma, afecciones respiratorias, problemas cardíacos y trastornos de salud mental. En niños, se han documentado defectos congénitos, parto prematuro, bajo peso al nacer, leucemia y asma. En regiones como el norte de Veracruz, los derrames y fugas petroleras son constantes, y las comunidades rurales e indígenas enfrentan solas los costos en salud y agricultura.
Diputados y senadores de Morena y el PT se pronunciaron en favor de la prohibición y exhortaron al resto del Congreso a legislar en coherencia con el mandato popular. La Alianza Mexicana contra el Fracking, junto con comunidades de San Luis Potosí y Veracruz, respaldaron la iniciativa de prohibición presentada por cuatro parlamentarios.
