El Tijeretazo Político
Joaquín Bojorges
’No daré un paso atrás’, proclamó la Gobernadora Delfina Gómez en su Segundo Informe de Gobierno. La frase, potente y simbólica, busca consolidar una narrativa de transformación, pero también encierra una advertencia: quien no cumpla será removido. ¿Estamos ante un ejercicio de rendición de cuentas o una reafirmación vertical del poder?
El Informe presume avances en seguridad, empleo, inversión y combate a la pobreza. Las cifras son contundentes: 1.9 millones de personas salieron de la pobreza, los delitos de alto impacto disminuyeron, y el Estado de México lidera en creación de empleo formal. Pero, ¿dónde están los datos independientes que confirmen estas cifras? ¿Qué metodologías se usaron para medir la pobreza? ¿Qué tipo de empleo se está generando? ¿Cuántos de esos delitos se denuncian realmente?
La justicia social no se decreta desde el escenario. Se construye desde el territorio, con participación ciudadana, transparencia y resultados verificables. Y aunque la Gobernadora afirma que su gobierno es ’de territorio’, el Informe se presentó en un teatro, ante una audiencia cuidadosamente seleccionada, con escasa interlocución crítica.
La evaluación del gabinete es otro punto clave. ’Quien no esté a la altura será llamado a retirarse’, dijo Gómez Álvarez. Pero, ¿quién evalúa? ¿Con qué criterios? ¿Dónde están los informes públicos de desempeño por dependencia? Si el mandato popular exige resultados, también exige mecanismos claros de exigibilidad.
En seguridad, se mencionan operativos como Enjambre, Liberación y Restitución. Nombres rimbombantes para acciones que, si bien suenan estratégicas, carecen de datos sobre detenciones, sentencias o reparación del daño. ¿Se está desmantelando realmente la infiltración criminal en el servicio público, o solo se están moviendo piezas sin tocar estructuras?
En movilidad, los viajes gratuitos en Mexibús y Mexicable son un alivio para miles de familias. Pero el transporte público en municipios periféricos sigue siendo insuficiente, caro y peligroso. ¿Qué pasa con los pueblos sin acceso a estos sistemas? ¿La justicia social llega también a ellos?
La recaudación sin nuevos impuestos es un logro administrativo. Pero sin claridad sobre el origen de esos ingresos, su distribución y su fiscalización, el riesgo es que se convierta en una cifra decorativa. ¿Cuánto se destina realmente a salud, educación, cultura o infraestructura comunitaria?
Finalmente, el gesto de llevar el Informe a Temascaltepec, Atlacomulco y Texcoco es valioso. Pero si no se acompaña de diálogo abierto, auditoría ciudadana y seguimiento puntual, será solo una gira de reafirmación política.
La Gobernadora Delfina Gómez ha logrado posicionar su administración como símbolo de cambio. Pero el verdadero cambio exige más que discursos: exige apertura, crítica, participación y resultados que resistan el escrutinio público. Porque la justicia social, si no es para todos, termina siendo justicia selectiva..