El Tijeretazo Político

Inundaciones, propaganda y silencios: los tropiezos éticos del nuevo gobierno

Inundaciones, propaganda y silencios: los tropiezos éticos del nuevo gobierno
Política
Octubre 21, 2025 19:33 hrs.
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Joaquín Bojorges › Informativo Nacional

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Las recientes inundaciones en cinco estados del país no sólo dejaron calles anegadas y familias desplazadas. También desbordaron las contradicciones del nuevo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum. Lo que pudo ser una oportunidad para mostrar sensibilidad y eficacia, terminó convertido en un escaparate de propaganda partidista y silencios incómodos.

Mientras miles de ciudadanos reclamaban apoyo urgente, la respuesta institucional fue tibia y tardía. La presidenta, en lugar de asumir con humildad las críticas, acusó a sus detractores de ’sacar raja política’. Pero las despensas entregadas en zonas afectadas llevaban el logotipo de Morena y los colores del partido. ¿No es eso, precisamente, sacar ventaja política del dolor?

Más grave aún fue el intento de silenciar a ciudadanos que exigían ayuda. En un país que presume de haber conquistado la libertad de expresión, callar voces incómodas es un retroceso alarmante. Y si a eso sumamos el hecho de que Sheinbaum pidió el voto por su partido mientras recorría zonas devastadas, el mensaje es claro: la tragedia se convierte en escenario electoral.

Podrá decirse que ella directamente no promovió al voto, como quizá si lo hicieron alcaldes morenistas al repartir ayuda a damnificados con bolsas y cajas con el sello de Morena, pero Sheinbaum si alentó la presencia de su partido al portar en sus visitas un chaleco guinda, color que identifica a su partido, aunque a la espalda exista la leyenda ’Gobierno de México’.
Debe reconocerse que si bien no resulta ilegal que la presidenta, gobernadores, diputados locales y federales, alcaldes y funcionarios menores, al llevar vestimenta con el guinda, con lo cual se identifica a su partido tanto en actos públicos como eventos sociales o de ayuda a personas afectadas por alguna tragedia, como ahora por las inundaciones, pero de lo que sí podría calificarse esta situación es como un hecho inmoral y deshonesto.

La presidenta también acusó al extinto FONDEN de haber sido un nido de corrupción priista. Sin embargo, el personaje que ella misma señaló como corrupto fue aceptado en Morena… y Sheinbaum grabó un video pidiendo el voto a su favor. La trayectoria de José María "Chema" Tapia Franco es un caso paradigmático de las contradicciones y polémicas en la política mexicana, al transitar de un funcionario priísta señalado por corrupción a un candidato de Morena, el partido que enarboló la lucha contra los desvíos que él presuntamente encabezó.A pesar de ser el ejemplo de corrupción que el presidente Andrés Manuel López Obrador usó para justificar la desaparición del fideicomiso, y que la propia presidenta Claudia Sheinbaum ha mencionado al criticar las "corruptelas" del FONDEN, Tapia Franco transitó del PRI al Partido Verde y, finalmente, a la coalición de Morena.
Candidatura en Querétaro: En 2024, Tapia Franco fue postulado como candidato de la coalición Morena-PT-PVEM a la alcaldía de Querétaro. A pesar de haber perdido la elección contra el candidato del PAN, su aspiración política se mantuvo, incluso buscando la candidatura de Morena para el gobierno del estado ¿Dónde queda la coherencia ética?

Como si todo esto fuera poco, se han difundido imágenes y videos de la presidenta caminando por calles inundadas que, según diversos medios, fueron montajes cuidadosamente producidos. La política del espectáculo sustituye a la política del cuidado.

En medio de una emergencia nacional por inundaciones, la presidenta Claudia Sheinbaum protagonizó un momento que revela mucho más que una simple falta de tacto. Durante una conferencia, ordenó en vivo al secretario de Salud que mencionara los municipios en desastre. No fue una solicitud técnica ni una coordinación institucional: fue una instrucción pública, casi teatral, que expuso la fragilidad del gabinete y el afán de control sobre el relato.

Sheinbaum tiene ante sí un dilema profundo: seguir el guion del poder tradicional o abrirse a una nueva ética pública. La ciudadanía no espera perfección, pero sí verdad, coherencia y respeto. Gobernar no es posar. Y la empatía no se simula: se ejerce.

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