Improvisación en compra de medicinas

Si usted va a recibir una casa en, digamos, seis meses, anticipadamente revisa las condiciones del inmueble para verificar cómo se encuentra y prepara una estrategia para reparar los posibles desperfectos, a fin de que llegado el momento la ocupe solamente atendiendo de última hora los detalles menores, aquellos que pueden subsanarse sin tantos problemas.
Pero, si deja pasar el tiempo y cuando tenga la necesidad de ocupar la casa, entonces será más difícil poder realizar todo el mantenimiento correctivo necesario, por lo que las consecuencias negativas serán mayores y más difíciles de resolver debidamente.
Algo similar sucedió con el actual gobierno federal y la compra de medicinas para el sector oficial. Si en el tiempo en que Andrés Manuel López Obrador fue presidente electo en espera de tomar posesión, se hubiera preocupado por tener un correcto diagnóstico de lo que consideraba fallido en la adquisición de medicamentos, el problema no se hubiera agudizado.
Sin embargo esperó a asumir el cargo para anunciar que por la ’corrupción’ existente entre laboratorios mexicanos y los responsables de la compra de fármacos, se cancelaban los contratos existentes, medida que de ninguna forma era criticable, pero lo negativo es que no existía alguna estrategia preparada para enfrentar el previsible desabasto que se avecinaba.
De esta forma han transcurrido casi dos años y medio de problemas para poder surtir de medicinas al sector salud oficial, siendo lo más evidente el caso de los menores con cáncer a quienes se les han suspendido sus tratamientos, provocando el deceso de varios de ellos y, en consecuencia, las quejas y protestas públicas de padres de familia.
En su conferencia mañanera de este jueves, López Obrador anunció que ya no faltarán medicamentos para esos menores, pues ya se firmaron contratos con varios países para garantizar el abasto y aseguró que se fortalece al sistema de salud, al insistir en que las administraciones anteriores habían intereses de por medio, ’era un jugoso negocio’, dijo.
Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud, aseguró que para los anteriores gobiernos la salud de los mexicanos no era una prioridad, sino una mercancía, por ello no se compraban ’las mejores medicinas’. ’Es una historia de corrupción que enfermó al sistema de salud’, expresó.
Son lindas frases pero las cuales delatan que la cancelación de la compra de medicinas fue, nuevamente, otra ocurrencia desarrollada sobre las rodillas, sin una estrategia para dotar las necesarias no solo a menores con cáncer, sino a todos los enfermos que se quedaron sin tratamiento para sus padecimientos y que apenas, esperamos, por fin vayan a ser atendidos.