La Revolución Mexicana, iniciada en 1910 contra el régimen de Porfirio Díaz, no se considera una guerra civil porque su objetivo central no fue solo disputar el poder entre facciones, sino transformar de raíz el sistema político, económico y social del país.
Participaron alrededor de un millón de personas, desde campesinos hasta figuras como Zapata comerciante de caballos, según versiones y Pancho Villa, gobernador de Chihuahua que impulsó la educación y llegó a casarse 27 veces.
Las soldaderas fueron clave en logística y combate. La Constitución de 1917 plasmó los ideales revolucionarios. El conflicto dejó entre 1.5 y 2 millones de muertos, muchos por enfermedades y hambrunas.
México tenía unos 15 millones de habitantes en 1910, así que cerca del 7% al 10% de la población estuvo involucrada directamente
*¡¡Felicidades!! @inakiaa*