El eco de la indignación resonó con fuerza en Tatahuicapan de Juárez, Veracruz. No fue el sonido de una bienvenida triunfal, sino el clamor de un pueblo harto, un pueblo que silencia al corrupto y cacique diputado local Esteban Bautista Hernández, dejando claro que su supuesta representación se ha convertido en un vacío retórico.
La escena, una asamblea presidida por el propio Bautista en su tierra natal, se transformó en un juicio público, donde las promesas incumplidas resonaron más fuerte que cualquier discurso preparado.
El diputado y Presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), quien esperaba una recepción triunfal, se encontró con un muro de reproches, un silencio ensordecedor que le reclamaba sobre su gestión y sobre todas las promesas incumplidad.
La sierra de Veracruz, una región caracterizada por su marginación y sus altos índices de pobreza, se convierte en un escenario ideal para analizar este fracaso de la representación política de un personaje que lleva ejerciendo la represión y la extorsión desde los años noventa.
La falta de acceso a servicios básicos, la precariedad de la infraestructura y la escasez de oportunidades económicas son problemas crónicos que afectan a la población de la zona y que este pasado 01 de junio se hicieron presente en las urnas de aquella región del estado donde los ciudadanos han sido engañados por Esteban Bautista y sus huestes.
Estas carencias, según los testimonios de los habitantes de Tatahuicapan, no han sido atendidas adecuadamente por su diputado local, en la persona de Bautista Hernández.
El pueblo de Tatahuicapan, al impedir que Bautista hablara, está expresando una frustración acumulada, una sensación de abandono y una profunda decepción con el sistema político en donde milita hoy en día (Morena) el cacique Bautista.
La promesa implícita en la democracia representativa (la de que los elegidos trabajarán por el bienestar de sus representados) se ha roto en Tatahuicapan, Bautista se mareó en un ladrillo al sumir la JUCOPO y se olvidó del pueblo que lo llevó a donde está.
La indignación de los habitantes de Tatahuicapan debería servir como una llamada de atención urgente para Morena y el Gobierno del Estado, desde donde se encumbró a Esteban Bautista a finales del 2024.
El silencio de la sierra exige ser escuchado, este pasado domingo dieron muestra de estar hartos de personajes charlatanes como Esteban Bautista Hernández, quien les ha visto la cara, y la respuesta fue contundente en TODOS los municipios que representa el Diputado Local de Morena.
"El Profe" Esteban Bautista, perdió prácticamente todo los municipios de su distrito electoral, el hartazgo es evidente, los ciudadanos ya no le creen ni el bendito, los vio la cara, los dejó abandonados y ahora sólo le preocupa robarse desde la JUCOPO los cientos de millones que maneja de forma opaca para seguirse llenando las bolsas como lo ha hecho por más de 24 años viviendo del erario público, de la extorsión y del chantaje.