En una maniobra desesperada por ganar legitimidad en su candidatura, Janecarlo Lozano deja entrever su lado autoritario.
Surge información de que Lozano Reynoso intentaría concentrar todo el brazo popular de Gustavo A. Madero en una sola organización social que al día de hoy ha extendido su presencia en bases de taxis, mototaxis y algunas zonas de comercio en vía pública. En un afán de presionar al sector económico popular ha anunciado a su equipo que se evitará rebeliones y conflictos concentrando todo el poder social que representa el comercio en vías pública, mercados públicos y plazas de corte popular en una sola organización que eventualmente le rendiría solo cuentas al aspirante a la Alcaldía de Gustavo A. Madero.
Esto es una señal preocupante, ya que, en los últimos años, Gustavo A. Madero se ha caracterizado por ser una Alcaldía transformadora, innovadora y de derechos como el slogan del Gobierno de la futura presidenta Claudia Sheinbaum; la libertad de los gobiernos de MORENA es una bandera que debería ser irrompible, pero pareciera ser que el destino de las organizaciones históricas de comerciantes, locatarios y placeros, algunas con más de 50 años estarían condenadas a someterse y demás desaparecer. Y todo por la crisis que se vive de legitimidad social de un candidato con antecedentes cuestionables que no es capaz de superar y que una y otra vez aparecen en redes sociales y diarios de circulación nacional.
Janecarlo Lozano, en estas últimas semanas ha buscado por todos los medios hacerse del reconocimiento popular que hasta hoy no le responde. Tan es así que busca de la mano de César Cravioto, lavarse la cara con el pueblo de Gustavo A. Madero, y esta circunstancia no solo ha pasado desapercibida sino que exhibe a un Senador que además de haberse adjudicado múltiples tareas como vocero en todos lados y de todo mundo en la campaña que sea, como el obligado a ayudarlo porque el brazo controlador de Janecarlo Lozano le ayudaría (presionando al sector popular) en la candidatura que se agandalló en el Distrito I de Cuautepec, donde jamás ha vivido, no conoce y donde le reclaman su agandalle.
El sector popular está preocupado, y ya se está organizando para proteger la fuente de empleo de miles de personas que eventualmente serían sometidas por Lozano Reynoso que hasta hoy parece que tiene el aval de César Cravioto y uno que otro aliado más sin mayor peso o relevancia. Grave error de Sebastián Ramírez que podría costar caro a una demarcación generosa y trabajadora.