ELECCIONES Y PARADIGMAS

1/ mayo/ 2023.- Los políticos difícilmente cambian, y cuando alguien de los integrantes del redil lo hace, el resto se le va encima, porque se convierte en un factor de riesgo de acotamiento o supresión de los espacios de poder, confort y dinero adquiridos.
Tienen que competir entre ellos practicando el relato de los cangrejos amontonados queriendo salir de una cubeta.
Competencia y ’ganar ganar’, o sea, salir de la cubeta a como dé lugar, aunque se aplaste los demás, son frases que sintetizan la filosofía neoliberal. Esta manera de asumir la realidad para ascender los peldaños del poder, del gobierno, del estado o de la sociedad, es utilizada en nuestros días por el sistema político económico y hasta educativo, para obtener a corto plazo ’éxito’, a sabiendas, o sin saberlo, que esta práctica está soportada en la desigualdad y el abuso.
Las expresiones maniqueas que los medios digitales, convencionales e instituciones educativas difunden, se reducen a dos términos: los ’triunfadores’ y los ’perdedores’, ambos son resultado de las competencias y de la idea de ganar ganar.
Competir significa que, dos o más sujetos o grupos se enfrenten para que alguno gane y el otro pierda; para el caso específico de la competencia electoral que vivimos, no hay un sentido de respeto, humanismo, compañerismo, de confianza o amistad, cada quien defiende a rajatabla sus intereses, incluso, a veces por encima de la familia.
Se fomenta el egoísmo, al grado que, si hay que destruir al de enfrente, se hace, aunque no se obtenga ’constancia de buena conducta’ y, después del ’triunfo’ posible se responda: ganamos ’aiga sido como aiga sido’. Esto, está más que demostrado en todos los procesos electorales
La idea anacrónica de ’ganar ganar’, parece chocante, se gana y literalmente se deja en la lona al perdedor, pero, si éste se levanta, se le volverá a derrotar hasta aniquilarlo, lo cual raya en el absurdo. ¿acaso ésta consigna, sea parte del juego de palabras neoliberales en contra de la clase social tradicionalmente desmejorada, a la que hay que hundir cada ocasión que intente levantarse, para seguirla dominando?
En esta lógica, si para ganar hay que engañar y destruir al adversario, los políticos, los empresarios, los detentadores del poder y el dinero, no dudan en hacerlo, y para muestra no solo hay un botón, hay toda una mercería.
En un contexto electoral, consignas como ’hagan lo que saben hacer, para bien o para mal’, tiene una peligrosa jiribilla, que los voceros anticuados de medios tradicionales ocultan, soslayan, o de plano no le dan importancia y los defensores de la verdad oficial tampoco entienden, pero que receptores malintencionados podrían utilizarlas, como incitación a la violencia verbal y hasta física.
Por otra parte, los que se identifican en temporadas electorales con los de a pie, defensores a ultranza de la verdad oficial, al parecer tampoco tienen consciencia de estar insertos en la dinámica ideológica neoliberal, de ’competir para ganar ganar’.
Todos en tiempos electorales, fincan sus esperanzas en ascender al grado político económico siguiente para ser visibles e ’importantes’: aspiracionistas, diría ya saben quién, asimismo, han de ajustarse a las reglas escritas y no escritas; y si en esas reglas hay que desbaratar al adversario, lo hacen, porque en esas condiciones funciona el sistema social que nos rige.
Políticos de todos los colores y mal sabores, desde el mínimo nivel hasta los mas perfumados de cuello blanco, repiten historias y no se les ve seriamente disposición ni creatividad para cambiar el sistema. Pregunta. ¿no es tiempo ya de ir transformando los paradigmas de nuestra convivencia?