Hoy, el Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI) presentó el documento ’Desplazamiento por razones climáticas, una aproximación desde los derechos de las mujeres’, en el que explora la necesidad de reconocer la interconexión entre el género y el desplazamiento por los efectos del cambio climático, como pieza esencial para el desarrollo de planes de adaptación efectivos y estrategias de mitigación a nivel local, estatal e internacional.
El informe analiza cómo los roles de género, el acceso desigual a los recursos y la dependencia económica causan mayor vulnerabilidad para las mujeres, en comparación con los hombres, durante los desastres naturales, por lo que la migración se convierte en una alternativa para hacerle frente a los impactos negativos del cambio climático. De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, en el primer semestre de 2024, 18,439 mujeres solicitaron asilo, representado el 45% del total de solicitantes, sin embargo, se desconoce si algunas de las razones para buscar protección derivan de los efectos del cambio climático.
Desde 2009, en promedio, los llamados ’desastres naturales’ han desplazado a más de 24 millones de personas al año; y las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señalan que para 2050 hasta 143 millones de personas tendrán que desplazarse como consecuencia del cambio climático en América Central, América del Sur, África Subsahariana y Asia Meridional, es decir, el equivalente a más del total actual de la población mexicana estará desplazada en dos décadas. Mientras que, a finales de 2021, se estimó que al menos 5.9 millones de personas de 84 regiones del mundo vivían una situación de desplazamiento como consecuencia de desastres ambientales y climáticos.
El cambio climático no es un fenómeno neutral a la categoría de género. Las mujeres y las niñas son quienes más padecen los efectos adversos en tiempos de crisis, pues son quienes lidian de forma diferenciada con los impactos del desastre climático y, a menudo, son las responsables del bienestar y cuidado de niñas, niños y personas de la tercera edad, sometiéndose a una desigualdad más profunda. Su capacidad de adaptación al cambio climático depende de su control sobre la tierra y el dinero; el acceso a crédito; tener buena salud y movilidad personal.
Al reto que representa reconocer que este tipo de movilidad ocurre y que las mujeres lo viven de manera particular, se suma la falta de protección jurídica de las personas desplazadas por los efectos del cambio climático. Desestimar o ignorar las causas climáticas ha dejado a las personas en un limbo jurídico, a merced de los Estados para acceder a protección, con gobiernos poco comprometidos con la mitigación del cambio climático y carentes de políticas que consideran el desplazamiento por razones climáticas.
El documento emite una serie de recomendaciones a los gobiernos de la región, al gobierno de México y a la sociedad civil para implementar un enfoque colectivo, interseccional y crítico a la hora de abordar la intersección entre el cambio climático y el desplazamiento que ayuden a proponer soluciones concretas y colaborativas a nivel internacional e intergubernamental. Por ejemplo, a través de la recopilación de datos que muestren el impacto del cambio climático en la vida de las personas en movilidad; el reconocimiento del cambio climático como una causa de desplazamiento; la protección internacional de las poblaciones, más allá de las visas humanitarias por desastres naturales, a través de una interpretación amplia de la Declaración de Cartagena y reformas a la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político; así como acciones concretas de protección para mujeres y niñas en contextos de movilidad, cuya vida ha sido afectada por el cambio climático.
Las mujeres son mayoría entre el número de muertes en desastres naturales, con catorce veces más posibilidades de morir. Es necesario dignificar y reconocer el papel que desempeñan en las respuestas a los efectos del cambio climático, a través de su resistencia y lucha, y generar acciones que les permitan acceder a protección internacional.