EDOMEX: ELECCIONES ¿ENTRE DOS CACICAZGOS?

Palabras más palabras menos, el común de la gente entiende el cacicazgo como el dominio de una persona, familia o grupo, sobre el resto de la población de una comunidad.
Es una práctica impuesta por la monarquía española durante la época colonial, para garantizar la lealtad de los indígenas a la fe cristiana y a los conquistadores.
La costumbre de relacionarse entre ’amos y esclavos’, ha sido adoptada y adaptada magistralmente por la clase política mexicana, al grado que, con el paso de los años ha permanecido en el subconsciente colectivo hasta nuestros días. La frase ’papa gobierno’ es un ilustrativo ejemplo de ese lenguaje, asumido entre las clases menos favorecidas y muchas comunidades rurales.
En México, históricamente tenemos cacicazgos para dar y repartir: los sindicatos, los alcaldes, los diputados, los senadores, el poder judicial, el ejército, etc., todos de alguna forma ejercen dominio político, económico y social sobre el resto de sus agremiados, mediante ordenamientos legales; pero también con mediante chantajes, cohechos y amenazas, con, o sin la ley en la mano.
Esta relación de potestad la ejercen con mayor razón y fuerza los gobiernos estatales y desde luego el federal. Así funciona lo que en México y la mayoría del mundo se denomina: democracia.
En estos días, en el estado de México, la entidad más poblada del país, se está llevando a efecto el proceso electoral para gobernador, el cual se gesta, entre el casi centenario grupo Atlacomulco y el no menos parecido en las prácticas de aquél, el treintañero grupo Texcoco.
Dos ’requetebién’ (diría la candidata texcocana delfina Gómez) conocidos cacicazgos, que a sí mismos niegan su existencia, pero viven en el ánimo del común de la gente.
La morenista Delfina Gómez: madura, maternal, de titubeante retórica y repetidora del discurso gubernamental, respaldada subrepticiamente por la maquinaria oficial; versus, Alejandra del Moral, candidata de la coalición Va por el estado de México, derivada de Va por México, organización atribuida al empresario Claudio X González, opositor de Andrés Manuel López Obrador, se enfrentarán en las urnas el próximo domingo 4 de junio.
La priista que también ha sido arropada por el PAN, lo que queda del PRD y del PANAL, con su ’empuje y valentía’ que tiene, dicen sus allegados en Texcoco, pretende apoderarse del electorado del otrora bastión del perredismo de la verdadera izquierda, para ello, ha centrado parte de su esfuerzo en esta zona de enorme significado político, para derrotar el cacicazgo encabezado por el senador Higinio Martínez Miranda.
Ambas políticas, en sus arengas ante los mexiquenses, han soslayado propuestas de la ’gente de a pie’, asi como de de la llamada clase media, integrada por profesionistas, pequeños y medianos empresarios y comerciantes, que ven poco atractivas las propuestas.
En ambos casos, su narrativa consiste básicamente en obtener votos del sector mayoritario: ’los pobres’, ofreciendo beneficios, en muchos sentidos con la misma metodología, con la misma logística y para variar, con candidatos surgidos de sus mismos amigos, familiares y correligionarios.
El electorado así, seguirá al margen y tendrá que esperar nuevamente, hasta que la sociedad obtenga de a deveras una ’revolución de las conciencias’, la profunda y chacoteada frase presidencial, que obligadamente deben entender y asumir, primero, el oficialismo y los partidos políticos para que después, el electorado de verdad les crea.