Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
De acuerdo con informes de Jesús Ramírez Cuevas, vocero presidencial, y Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, Andrés Manuel López Obrador se sometió a una revisión médica de ’rutina’ el pasado viernes para practicarle un cateterismo cardiaco en el Hospital Central Militar, donde afirmaron que los resultados fueron óptimos, por ello se le otorgó el alta médica para regresar a sus actividades oficiales.
Sin embargo, tanto esa verificación médica, como los antecedentes de salud del político tabasqueño y el anuncio de tener preparado su ’testamento político’, en caso de su posible fallecimiento, despiertan dudas e inquietudes sobre cuál es su verdadero estado físico.
En primer lugar debe recordarse que ya sufrió un infarto en el 2013, además padece hipertensión, estrés y obesidad, ¿qué tanta?, es difícil precisarla ya que la disimula al usar ropa holgada, pero es motivo de caricaturas en diversos periódicos, sin omitir dos contagios de covid.
Dice que se ejercita pero ¿a qué horas? Al menos se despierta a las cinco de la mañana para una hora después encabezar su reunión con el gabinete de seguridad, normalmente de lunes a viernes, que en ocasiones se extiende al fin de semana cuando realiza giras trabajo en el interior de la república. Si acostumbrara hacer ejercicio no hubiera tenido una lesión muscular la última vez que acudió a ’macanear’, como dice, en una práctica de beisbol.
A pesar de recomendar constantemente consumir comida sana, López Obrador no da el mejor ejemplo, ya que en sus giras difunde imágenes cuando ingiere platillos poco nutritivos al ser ricos en grasas que, a sus 68 años y sus antecedentes médicos, no son aconsejables.
Sobre su revisión médica, el vocero presidencial lo informó quince minutos antes de que se le practicara y estuviera anestesiado al menos durante una hora; después, hasta la noche, el secretario de Gobernación reveló que los resultados de los exámenes eran positivos, lo mismo que reiteró el mandatario durante su mañaneras del lunes. Pero ¿no hubiera resultado más tranquilizante conocer el parte médico oficial, firmado por los especialistas que lo atendieron?
Además, en un video dijo tener listo su "testamento político", en caso de fallecer durante su mandato, ’a fin de garantizar la gobernabilidad del país’ ya que ’no puede ser irresponsable, pues encabeza una transformación del país y éste no puede quedar sin rumbo’.
Todo lo anterior suscita dudas del verdadero estado de salud del mandatario, lo que no es cualquier cosa, ya que en caso de su deceso, evento nada deseable pero posible, generaría crisis políticas, económicas y sociales cuyas consecuencias no sería nada positivas.
