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Diferencias entre derecho y legalidad

Diferencias entre derecho y legalidad
Política
Febrero 06, 2023 15:30 hrs.
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Adrián Chavarría Espinosa › Informativo Nacional

Un nuevo enfrentamiento sucedió entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de la fracción de Morena, aunque ahora fue en el terreno de la discusión acerca de lo que cada quien considera lo que es la ley y la justicia, donde cada uno mantiene posturas diferentes.
El político tabasqueño admitió una diferencia de fondo ya que el senador prefiere anteponer la ley, es decir el derecho más que a la justicia, y subrayó: ’Esa es una diferencia que tenemos, no politiquera; esta es de fondo, porque no solo es Ricardo el que piensa así, son muchísimos, y los abogados casi todos; yo no coincido con eso’.
A pesar de ello, López Obrador consideró que mantener este tipo de diferencias resulta normal en un país democrático, incluso se atrevió a puntualizar que si todos pensaran de la misma manera entonces ’sería muy aburrida la vida’.
El presidente dijo: ’ya estamos grandes y cada quien sabe lo que busca y representa. A mí me gusta que haya debate, estos temas de fondo, porque para mí si el Poder Judicial –no es el caso de Ricardo–, sigue actuando a partir de que un delincuente fue detenido, pero el Ministerio Público estableció que lo detuvieron a las 10 de la mañana, y el abogado defensor demuestra que fue a las 11, y por eso lo deja en libertad el juez, eso es un tecnicismo’.
Por situaciones como esta es que el jefe del Poder Ejecutivo aprovechó para insistir en la necesidad de reformar el Poder Judicial con el fin de evitar malas prácticas.
Ante ello el también aspirante a la candidatura presidencial por Morena, respondió vía Twitter a López Obrador: ’La diferencia entre lo legal y lo justo es tan antigua como la Grecia Clásica. Sostengo que no debe existir diferencia entre uno y otro: si algo es legal, debe también ser justo, y viceversa, lo justo debe igualmente ser legal’.
Monreal reconoció: ’En un Estado de ‘derecha’, es lo contrario, y en esto coincido con el presidente plenamente: cuando se quiere reducir y encasillar la justicia a la norma escrita, y la legitimidad a lo legal, estamos ante un problema de injusticia’. Y reiteró que la democracia y el estado de derecho serán una realidad cuando lo legal sea también legítimo.
Y concluyó: ’Por eso, reafirmo: en México, la democracia y el estado de derecho serán realidad cuando lo legal sea también legítimo, y la base de la justicia sea el derecho. La convergencia entre justicia y derecho es la experiencia civilizatoria más relevante de la humanidad y la democracia’.
¿Quién tiene la razón entre ambos políticos? Revisemos primero su preparación académica: López Obrador estudió en la UNAM la licenciatura en Ciencias Políticas de 1973 a 1977, donde reprobó 14 materias, algunas más de una vez como Ciencia Política, en tres ocasiones, y Estadística, en dos, aprobándolas en exámenes extraordinarios y terminar con un promedio de 7.8.
Después, por involucrarse en la política, concretamente en el PRI, y a 14 años de haber ingresado a la UNAM, presentó su tesis ’Proceso de formación del Estado nacional en México 1824-1867’. Asimismo, nunca ha sido diputado ni local ni federal y menos senador.
Monreal, en cambio, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas, se especializó en Derecho Constitucional y Administrativo, obtuvo su maestría y doctorado en la UNAM, donde es catedrático en la División de Estudios de Posgrado.
Ha sido desde primer regidor en Fresnillo, sitio de origen, diputado federal y senador, ambos cargos en dos ocasiones, gobernador de Zacatecas, y colaborador en los periódicos Milenio, El Universal y 24 Horas.
Entonces, en un comparativo, mientras López Obrados desarroló su carrera en lo que podría calificarse como la ’grilla’ política, Monreal se ha preparado tanto profesionalmente como en la ’talacha’, razón por la cual se siente calificado para ser presidente de la república.
Incluso, el zacatecano no solo ha expresado que, por ejemplo, tanto la reforma electoral como el llamado Plan ’B’ son anticonstitucionales, razón por la cual emitió su voto en contra cuando el resto de la fracción morenista lo hizo en favor de esas iniciativas presidenciales.
En cambio el presidente ha dado diversas pruebas de su falta de respeto a las leyes.
Recuérdese que cuando aspiró a la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, presionó para que fuera aceptada su candidatura a pesar de incumplir con el requisito de la residencia; cuando asumió ese cargo, particularmente, en los tres primeros años vetó 12 ordenamientos jurídicos y decidió gobernar mediante bandos para evitar que le rechazaran iniciativas de ley, expidiendo un total de 23; desacató dos órdenes judiciales y fue objeto de 14 recursos y controversias constitucionales.
Como eterno aspirante a la presidencia expresó la frase ’al diablo con las instituciones’, es decir, desconocer las leyes; como presidente ha mantenido esa línea, donde sin importar que tan bien estén redactadas o fundamentadas sus iniciativas de ley, ha exigido a los legisladores de Morena ’aprobarlas sin cambiarles ni siquiera una coma’, lo cual en ocasiones ha provocado problemas en la aplicación de esas legislaciones.
En la segunda parte de su mandato, al no tener la mayoría necesaria para lograr cambios constitucionales ha recurrido a los llamados ’Planes B’, consistentes en reformar leyes secundarias, las cuales han sido impugnadas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En asuntos que podrían considerarse como ilegales, pretende desconocerlos o simplemente los justifica, como con la maestra Delfina Gómez, quien cuando fue presidenta municipal de Texcoco retuvo injustificadamente parte del sueldo de los trabajadores del Ayuntamiento o, más recientemente, tras admitir el plagio en la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel, lo consideró como cualquier error o anomalía cometida cuando fue estudiante y aseguró que es ‘’menor al daño ocasionado a México’ hecho por otras personas.
Hasta en asuntos internacionales ha pretendido desconocer las leyes. Concretamente con Pedro Castillo quien como presidente de Perú intentó dar un autogolpe de estado, es decir violentar el marco constitucional, por lo cual no solo fue destituido sino también apresado.
Ante ello, López Obrador ha exigido su inmediata libertad al argumentar que fue ’electo democráticamente por el pueblo’, hecho que nadie discute pero pretende omitir su ilegal proceder, la cual ha generado violencia interna en esa nación sudamericana.
En resumen, por más que intente argumentar que él prefiere interpretar a su modo, como la justicia sobre las leyes, se equivoca y únicamente pretende justificar su actuar en el gobierno y en la política para intentar quedar como un defensor de los derechos del pueblo, lo cual resulta totalmente lejano a la realidad.
Un buen ejemplo es el que pretende autorizar el cabotaje de aerolíneas extranjeras en el país, es decir que ellas cubran vuelos el territorio nacional, lo cual es exclusivo de las empresas nacionales en caso de que ’no bajen el precio de sus tarifas’. Así hay más ejemplos.
En conclusión, en lo personal, prefiero el punto de vista de Monreal por ser un profesional más preparado y con amplia experiencia en el terreno legislativo, que el de López Obrador, quien se comporta como un absoluto populista sin capacidad para proponer iniciativas legales, respaldadas con verdaderos y profundos análisis de sus razones y fundamentos de lo que pretende alcanzar con ellas.
Es decir, López Obrador siempre ha actuado tal como sucedía en el presidencialismo del pasado Siglo XX y, por lo visto, nunca cambiará.

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