Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Ante las prisas de Andrés Manuel López Obrador, de Claudia Sheinbaum y de los legisladores de Morena por lograr la aprobación de las reformas constitucionales en materia del Poder Judicial se cometieron errores, algunos de ellos graves como las contradicciones entre los artículos 94 y el 97 de la Constitución respecto al método para elegir al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La falla fue reconocida primeramente por Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, y después por la presidenta, quien en su conferencia mañanera de este miércoles se comprometió a corregir los errores, pero anticipó que esas ’fallas’ de ninguna manera invalidan la reforma al Poder Judicial.
Por su parte Monreal explicó que el artículo 94 señala que la SCJN renovará su presidencia cada dos años de manera rotatoria, en función del número de votos que obtenga cada candidatura en la elección respectiva, correspondiendo la presidencia a quienes alcancen mayor votación, en el artículo 97 se establece que cada cuatro años el Pleno elegirá de entre sus miembros al citado titular sin ser reelecto para el período inmediato posterior, pero anticipó que para corregir ese error ahora se propondrá otra reforma constitucional.
Si bien ese es un error evidente, además en ese acelerado proceso para la reforma judicial aún existen profundas lagunas. cómo se desarrollará esa elección de ministros, magistrados y jueces, varias de ellas difíciles de comprender y aplicar debidamente.
Pero, en realidad, ¿es necesaria una reforma exprés? La verdad no.
Se requiere una reforma para agilizar el proceso de la impartición de justicia, no es la impulsada por el anterior mandatario y respaldad por la actual, donde los legisladores de Morena sin una visión crítica solo se han dedicado a aprobar todo sin cambiarles ’ni una coma’.
Los morenistas se apoyan en los más de 30 millones de votos alcanzados el pasado dos de junio, para decir que la ciudadanía respalda su propuesta de reforma judicial, incluso en las giras y eventos presidenciales se ha solicitado que aprueben a mano alzada esa iniciativa, cuando fácilmente se advierte que ninguno de los asistentes va a expresar su rechazo.
Si en verdad se desea saber si existe un respaldo real a la reforma, lo ideal es realizar una campaña informativa, seria y objetiva para precisar sus pros y contras y, después, organizar una verdadera consulta popular para que los ciudadanos se expresen con conocimiento de causa y libremente. Creo que el rechazo sería mayoritario por los inconvenientes ya conocidos.