La política gubernamental se dejó de lado por un rato, mientras, escuchaban la arenga del alcalde Javier Vázquez de la Rosa que ayer miércoles, la audiencia esperó pacientemente la hora llenar la barriga, al finalizar su informe el alcalde.
El evento que llenó la explanada cívica, donde invitados y omitidos convivieron tranquilamente y escucharon las piezas de un quinteto de metales, emplazado en el kiosko de la plazuela.
Para el presidente municipal la cultura en Chiconcuac se ciñe a la fundación de una banda sinfónica, que de hecho se ha comenzado a integrar en el centro cultural, lo cual es loable, si se toma como contexto histórico de Chiconcuac, que hace casi cien años, contribuyó al despertar musical de la zona de la montaña texcocana,
Hoy, comedidamente renace la idea de impulsar la música, aunque para estimular un verdadero desarrollo municipal, falta mejor apoyo, visión y promoción de actividades educativas y culturales.
El informe en general fue una descripción de trámites, gestiones, inauguraciones, recorridos y desde luego, algunos desplantes oficiales hacia vecinos y agrupaciones, que se quejaron de no hacerles caso en sus peticiones, que no son estrictamente personales, sino con la intención de ser incluidos con opiniones y propuestas aporten para enriquecer la gestión del edil petista.
Así sin aspavientos, cuestionamientos ni planteamientos, sobre cómo regular los grandes negocios de extranjeros asentados en el municipio, de bares, de moteles, de negocios irregulares, de vialidades desordenadas, de circulación caótica y gentrificación creciente del municipio, terminó el informe de cien días del C. Javier Vázquez de la Rosa.
Por otro lado, el tema que pudiera ser banal en redes sociales, como es la elaboración de vestidos de novia de procedencia china, que ya penetraron en el mercado mexicano, y se ha convertido en la nueva manzana de la discordia arancelaria global entre China y EEUU, comienza a perjudicar aun más la actividad textil local.
Lo anterior viene a colación porque el mercado chiconcuaquense comercia gran parte de productos chinos textiles, incluidos vestidos de ceremonias, pues la mayoría de comercio en Chiconcuac ya es de procedencia oriental, que, como se sabe, son muy baratos en relación con proveedores mexicanos que han sido desplazados.
Este tema, desde luego, tampoco fue abordado por la administración local en su informe de cien días, aunque ha pegado negativamente a los productores y comerciantes lugareños.
¿En qué medida ha afectado a los chiconcuaquenses la invasión de mercancía extranjera? Nadie lo sabe, ni siquiera hay estudios de gobierno municipal sobre el particular, mucho menos la intención de asumir la ’gobernanza’ con mayor visión y seriedad.