En "Micrófono Abierto" la huesuda se infiltró,
Joaquín, Serafín, y Emiliano ni cuenta se dio.
Víctor la noticia no dejó de contar,
Pero Anacelia ya no lo podía escuchar.
Gabriel y René Narváez con mucho afán,
Transmitían noticias de un mundo ya más allá.
Juan Bautista en el aire les siguió la función,
Reportando directo desde el panteón.
Entre risas y huesos, el noticiero seguía,
Micrófono abierto, el más allá lo cubría.
Los nombres quedaron en el aire flotando,
En el éter eterno, su legado contando.