El cuerpo sin vida de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue localizado este domingo en la región de Tierra Caliente. El cadáver presentaba signos evidentes de violencia, confirmando los peores temores de los productores de limón que él representaba.
Bravo Manríquez era una figura clave en la defensa del sector citrícola, especialmente frente a la extorsión sistemática ejercida por grupos del crimen organizado. En febrero de este año, denunció públicamente que ’la extorsión sigue exactamente igual’ y que los delincuentes mantenían al gremio ’de rodillas’. Su valentía lo convirtió en blanco de amenazas constantes.
El asesinato ocurre en medio de una crisis profunda para los limoneros de Apatzingán, Buenavista, Parácuaro y Tepalcatepec, donde los grupos criminales imponen cuotas y controlan la comercialización del limón. La violencia ha provocado el abandono de cerca de 2 mil hectáreas, afectando una industria que produce más de 670 mil toneladas anuales y posiciona a Michoacán como líder nacional.
Aunque la Fiscalía estatal no ha emitido un comunicado oficial, fuentes cercanas al gremio confirmaron la identidad del líder asesinado. Su muerte ha generado temor entre los citricultores, quienes lo consideraban una voz firme contra la inseguridad y la impunidad que azotan al campo michoacano.