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Apostar por la petroquímica

Apostar por la petroquímica
Tecnología
Octubre 12, 2020 11:35 hrs.
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Adrián Chavarría Espinosa › Informativo Nacional

El autollamado gobierno de la Cuarta Transformación, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, le apuesta al petróleo no solo gran parte de su capital político, también gran cantidad de recursos económicos no solo para rehabilitar las seis refinerías de Petróleos Mexicanos en el país, ya que construye una séptima en Dos Bocas, Tabasco.
Ese proyecto energético junto con el nuevo aeropuerto internacional en Santa Lucía, así como los trenes Maya y Transístmico, proyectos que han sido duramente criticados no solo por quien el mandatario mexicano llama adversarios –pero, en realidad, los considera como enemigos–, sino por diversos organismos internacionales, mismos que son descalificados de antemano para ignorar no solo sus comentarios, también sus consejos y recomendaciones.
Sin embargo de todos ellos la construcción de la refinería en Tabasco es la que registra las mayores críticas por ser la que además de consumir más dinero, también la que tiene menos viabilidad futura, no solo porque resulta más difícil y costosa la extracción petrolera.
Téngase en cuenta que el mundo y la tecnología se enfocan a cambiar los recursos de origen fósil por otros energéticos de origen limpio, como son la solar, eólica o eléctrica, por lo cual el construcción de una refinería no resulta ser lo más recomendable para invertir.
Por ejemplo, ante el contexto de que el gobierno mexicano ha proporcionado un apoyo fiscal muy limitado para apoyar la recuperación por la crisis del covid-19, el Fondo Monetario Internacional sugirió al país ampliar esa estrategia, impulsar una reforma tributaria y reorientar el gasto público, donde se incluye no cancelar pero si posponer la refinería de Dos Bocas.
Para construir esta refinaría se ha programado una inversión de ocho mil millones de dólares, la cual tentativamente en el 2023 tendrá una capacidad de proceso de 340 mil barriles diarios, pero con la reducción de la demanda de combustibles en la era post Covid-19, la utilidad de la refinación de petrolíferos no pasarán de 6% por cada barril de crudo utilizado,
Detalló que la estrategia comercial de Petróleos Mexicanos (Pemex) está desplazando recursos para gastos esenciales y ante sus cada vez mayores pérdidas, resulta aconsejable enfocar la producción solo en campos rentables, vender activos no esenciales, frenar planes para elevar la producción de refinación con pérdidas y posponer estrategias hasta que la refinación resulte rentable.
De acuerdo con el webinar organizado por el colectivo de académicos ConCiencia Ciudadana y moderado por el economista Adrián Duhalt, especialista en la dinámica energética en la Universidad de Rice, se estableció que México está a tiempo de redirigir sus inversiones y convertirse en una potencia en materia de transformación industrial, tras el desmantelamiento que las administraciones anteriores llevaron a cabo en estos segmentos del negocio.
Los expertos en el negocio de transformación de hidrocarburos manifestaron que en comparación con el negocio de la refinación, la petroquímica ofrece mayores márgenes de rentabilidad, especialmente en su vertiente secundaria, lo que le da a este sector mayor atractivo como una apuesta de inversión, afirmaron.
Se estableció que en el caso de otras cadenas de producción, como son los casos de la petroquímica secundaria, dedicada a la elaboración de plásticos farmacéuticos, se generan márgenes de utilidades de hasta 306%, mientras otros como textiles avanzados para el sector de defensa ascienden a más de 180%.
El economista Duhalt propuso que las inversiones para actividades de refinación ’son recursos que podrían utilizarse en negocios con más valor, que se invertirían para generar más dinamismo en cadenas productivas que en el largo plazo son mucho más rentables, como se observa en la tendencia global’.
Por lo tanto, consideró que es momento de que en el país se tomen decisiones pragmáticas, como el uso de la capacidad petroquímica instalada y en desuso que genera costos fijos para Pemex, además de alianzas con productores privados, como en la planta de polietilenos Etileno XXI de Coatzacoalcos, cuya problemática de falta de gas etano se solucionaría mediante una terminal de importación de este insumo en la entidad, junto con el aumento en la producción de gas natural de Pemex.
Este tipo de recomendaciones deberían ser analizadas por autoridades, asesores y especialistas del gobierno federal para reconsiderar y superar la mentalidad que se mantuvo vigente en la mitad del segunda parte del siglo XX, donde el petróleo resultaba ser un producto esencial para las actividades productivas a nivel mundial y, por lo tanto, resultaba un importante factor en la economía mundial.
Las condiciones en la segunda década de este siglo ya resultan diferentes y el petróleo perdió gran parte de su valor como trascendencia como combustible, por lo tanto, insisto, se debe cambiar la perspectiva de su explotación.
Sin embargo, conociendo la forma de pensar y actuar del presidente López Obrador, lamentablemente estas recomendaciones serán ignoradas para mantenerse invariable en su forma de pensar y política respecto al petróleo.

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