Las calles del Corte San Pablo, en El Ejido Santa María, se han convertido en un foco de insalubridad y deterioro urbano. El escurrimiento constante de aguas negras, los baches profundos, las coladeras abiertas y el lodo acumulado han generado un ambiente de putrefacción que afecta gravemente la vida cotidiana de cientos de familias.
La avenida San Isidro, entre Camino Viejo y calle Constitución, es el epicentro del abandono. La vía está prácticamente destruida: zanjas formadas por el agua residual, coladeras sin tapa y una red de drenaje colapsada que expulsa aguas negras por los pozos de visita. La falta de mantenimiento ha convertido esta arteria en una amenaza para la salud pública.
> ’El olor es insoportable en los días de calor. Cuando llueve, el agua se mete a las casas y contamina las cisternas. La calle se deteriora más cada día’, denunció Miguel Rosales, vecino de la zona.
Los reportes ciudadanos han sido reiterados. Adrián Soto, titular del Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS), ha sido notificado en múltiples ocasiones. Sin embargo, hasta el momento no hay intervención alguna. Las familias siguen expuestas a aguas negras, malos olores y riesgos sanitarios, mientras las autoridades guardan silencio.
Ante la omisión municipal, los habitantes exigen a la presidenta Xóchitl Flores Jiménez acciones concretas: desazolve inmediato, restitución de tapas y pavimentación de la avenida. La demanda es clara: recuperar condiciones mínimas de habitabilidad.
> ’Con el gobierno de Morena no hay respuesta. Los servicios públicos están colapsados. Exigimos que la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez atienda las necesidades urgentes de nuestra comunidad’, concluyó Rosales.
