En la antigua Roma, la infamia era un estigma legal que quitaba derechos y marcaba socialmente a ciertas profesiones. Actores y taberneras eran considerados ’infames’ porque trabajaban de cara al público y se movían en entornos vistos como poco honorables.
Los actores, aunque populares, eran asociados con el espectáculo vulgar, la sátira y la manipulación de emociones, lo que se consideraba indigno de un ciudadano respetable. Las taberneras, por su parte, operaban en lugares ligados al alcohol, el juego y el desorden, además de desafiar el rol tradicional femenino. Más que su trabajo, era la moral romana la que los condenaba.
Hoy en día hasta autógrafos les piden, así cambia la vida
*Que sea un gran sábado @inakiaa*