Si la corcholata favorita en realidad pretende ser presidenta de México, tendrá que mostrar que cuenta con discurso, capacidades y proyecto propios para gobernar y no será una pelele en manos del ganso de Macuspana, quien hoy, está convertido en su peor adversario al confrontarla con clases medias, damnificados, víctimas del crimen y de un sistema de salud que no funciona (como en Dinamarca).
Peor cuando el profeta de la 4T da un manotazo y reitera que el proyecto es él y por más que diga, se siente jefe de la pandilla y sólo por la fuerza lo van a bajar, el problema será cómo si todos quienes tienen una rebanada de poder se la deben a él.
Incluso a los delincuentes incorporados al proyecto de destrucción y saqueo del país los tiene agarrados por el cuello, con expedientes que podrían convertirse en carpetas de investigación en manos de sus incondicionales en la FGR o en las gubernaturas bajo su tutela.
Porque la opacidad y corrupción permitida y protegida desde Palacio Nacional tienen un costo, el tlatoani guardará todas las pruebas para cuando alguien se quiera salir del huacal como ya lo hizo con Marcelo Ebrard y quien se atreva a desafiarlo. De la corcholata también tiene su expediente.
El mismo caudillo convocó a gobernadores, legisladores y funcionarios bajo su mando a delinquir, a ’hacer lo que sea necesario’ para conservar el poder y ello implicó el regalo de contratos por miles de millones de pesos a familiares y amigos, pagar campañas en favor de los candidatos de morena, pasar la charola para conseguir efectivo incluyendo la extorsión a empresarios, pero sobre todo, financiar mantas, pinta de bardas, templetes, acarreos, sobornos del erario público, federal o estatales.
Ahí se implicó la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones, promesas de cargos públicos, el asecho, espionaje, persecución y chantaje a políticos, empresarios, periodistas, dueños de medios, jueces, magistrados y ministros, entre otros. Muchos se doblaron por las buenas o las malas.
De todo eso tiene registro el jefe de la banda porque no es idiota, se protege y manda a los demás a ’hacer lo necesario’ incluyendo delinquir o aplicar políticas públicas a su conveniencia como en seguridad o salud que es donde se contabiliza el mayor número de muertes atribuibles a la 4T.
Y en ese camino, el caudillo deja muertes, rencores, traiciones, corruptelas, cochupos y ’cobro de piso’ además del pacto con los delincuentes para hacer de este país un auténtico desastre al final se sabe que todo eso se le debe a un solo personaje denominado Peje, quien, no obstante, sueña con la transexenalidad de un proyecto fallido, fracasado. Algunos le llaman Maximato.
Difícil será que los morenos y su tlatoani obtengan la meta pues más allá de la simpatía hacia el ’cabecita blanca’ están las condiciones de vida en que enfrentamos todos los días. Están las acciones del jefe de la pandilla ante las tragedias del país donde se muestra incapaz de sumarse a las víctimas de desgracias y masacres como las de Guerrero, Línea 12 del Metro o Bavispe, Sonora,
NI siquiera es capaz de solidarizarse con los deudos de las más de 170 mil asesinados o los 45 mil desaparecidos, mucho menos con los 800 mil mexicanos que intentaron sin éxito en un solo año cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
Para este sujeto los 800 mil muertos por la pandemia de Covid-19, fue un anillo al dedo que le permitió no condolerse de los familiares de esos mexicanos, sino oportunidad de despacharse con la cuchara grande del presupuesto, robarse partidas para los estados incluyendo la CDMX y gastarlos en lo que quisiera sin rendir cuentas.
Anillo al dedo como le cayó el huracán Otis en Guerrero para justificar cualquier cantidad de dinero en ’ayuda’ que no se ve, como tampoco se vio al líder del cártel de la 4T ni a la gobernadora Salgado. Se interpretó la ayuda como arrojarle monedas a la gente en desgracia, pero no juntarse ni solidarizarse con ella.
Es decir, el desastre cuatroteísta, si se analiza bien, se reduce a dinero. Eso es lo que regatea y pelea todos los días el pontífice de Palacio. No hay proyecto, por eso México está como está.
