En el Día Internacional de las Personas Migrantes, nosotras, mujeres diversas, defensoras de los derechos de las mujeres en la migración y sus familias, nuevamente alzamos la voz ante las arbitrariedades del Instituto Nacional de Migración (INM), su incongruencia y la reiterada violación de la Ley de Migración sin que haya consecuencias, en un país donde el gobierno ha insistido que "al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie".
Desde que la administración de Andrés Manuel López Obrador decidió participar en políticas migratorias que socavan el derecho al asilo en Estados Unidos, aún si son contrarias a la Constitución mexicana, hemos acompañado a las familias con necesidades de protección internacional para que puedan acceder a su derecho al asilo en territorio estadounidense, ya que quedarse en México les ha significado múltiples formas de violencia, no solo a manos del INM sino también de policías de diferentes niveles, el crimen organizado y de quienes estaban huyendo. A cada paso hemos visto cómo el INM genera nuevas modalidades de extorsión, desinformación, obstaculización, detención y control, bajo un discurso de protección de derechos.
Desde hace más de 10 años, pero con más fuerza desde 2019, cada vez que acompañamos casos, el INM realiza acciones para impedir que las familias reciban protección: casi siempre desconoce los documentos que ellos mismos emitieron, se los quita, detiene a las personas en estaciones migratorias, las traslada de un estado a otro y las incomunica. Si logran salir, las deja a la deriva sin sus documentos. Nuevamente tenemos que generar los esfuerzos para brindar protección a esas familias.
Como ejemplo, el pasado 16 de diciembre 3 familias que contaban con un documento para entrar a Estados Unidos, emitido por CBP, bajo exención al Título 42 -política en la que el gobierno mexicano participa desde 2020- vieron obstaculizado su proceso. A dos familias el INM no quiso otorgarles un documento de salida definitiva del país, como lo hace siempre; y a la tercera, aún con una orden de salida de México vigente, expedida por el INM, le impidió subir a su avión en Tabasco, le quitó sus documentos, detuvo e incomunicó. Dejándola salir 24 horas después. Estos no son casos aislados, es el patrón. Como mujeres defensoras de derechos continuaremos alzando la voz (litigando, difundiendo información, agrupándonos) porque en todos y cada uno de los casos que acompañamos pedimos lo mínimo, implementar la Ley de Migración.
El juego del INM es perverso, y nadie lo detiene, y las mujeres migrantes y sus familias son quienes pagan las consecuencias. ¿Qué tiene que pasar para que las cosas cambien?
