Por más que cualquier ciudadano mire para otro lado, se tape los oídos o evite decir algo, le resulta imposible sustraerse al aturdimiento electoral, que han comenzado este año con mucha intensidad los protagonistas políticos, tanto de la llamada izquierda como de la denominada derecha.
La interacción voluntaria o involuntaria, hostil o favorable entre políticos adversarios y de éstos hacia la gente de a pie, obliga unos cuantos, a reflexionar, a otros tener alucinaciones de dinero y poder hasta el ridículo, rayando en la esquizofrenia.
Observar a los políticos pelear por ostentar poder en todos los niveles de la escala social, para que, tras sobreponerse unos sobre otros, logren los benéficos económicos y de dominio, que afirmen sus carencias existenciales, es para mí, al menos, una herramienta de utilidad para comprender la complicada y estremecedora condición humana. -o quizá condición sub humana-
Potenciados esos perversos comportamientos en épocas electorales, como la que se vive hoy en México y divulgados hasta la saciedad, voy a señalar algunas conductas de quienes aspiran a regir nuestros destinos, los cuales se ven reflejados en los spots propagandísticos.
Para empezar, describo algunos spots visuales y auditivos, dentro de ellos la idea ’de cajón’ para todos los institutos políticos, que señalan ridículamente que se trata de ’propaganda dirigida a militantes y simpatizantes’ de cierto partido, lo cual no significa que, al escucharlo repetidamente por personas ajenas a los partidos o candidatos, estas se liberen de introyectarlo en el subconsciente.
Una técnica de aprendizaje involuntario, se da por la repetición permanente de cualquier idea o contenido; es la técnica utilizada por el ministerio de propaganda nazi que dirigía Joseph Goebbels para adoctrinar al pueblo y ejército alemán.
Esta técnica todos los partidos la utilizan, no importa el mensaje ni lo que la gente espera de los partidos y sus protagonistas. La ley y el sistema político electoral lo avalan. Los spots son tan rápidos y reiterativos que no queda tiempo para dilucidar lo que significa en el fondo el mensaje, porque en esta clase de propaganda en realidad no hay fondo, solo emisiones superficiales y engañosas.
Cito algunos ejemplos grotescos, por decir lo menos de ellos.
Xochitl Gálvez, destaca con un lenguaje soez en casi todos sus spots, lo denota un restringido conocimiento del ciudadano mexicano promedio, al creer que con esos mensajes puede conectar con el pueblo en general. Se muestra torpe, majadera. mentirosa y hasta mitómana.
Decir que vendía 600 gelatinas en un día lleva a las preguntas de ¿a qué hora las hacía, en cuanto tiempo le cuajaban, tenía distribuidores, a qué hora iba a la escuela…etc? vestirse de botarga, atarse a un sillón cuando era senadora, bailar, brincar, reír, equivocarse a cada rato en sus intervenciones oficiales o informales, nos muestra a una persona de escaso nivel intelectual, populachera, tan humana y vulgar, cuya presencia no inspira confianza para representar una nación.
Que dialogaría con Milei, con Trump, con Xi yin pin…
No puedo dejar de citar el ultimo spot que vi en YouTube, donde la precandidata aparece invitando a jóvenes a emborracharse, y ella misma se toma una cerveza, aludiendo a que esa marca le pronosticaría que, ’la victoria es nuestra’. Esta pose me recordó a Peña Nieto, tomando un refresco y presumiendo fidelidad esa marca a nivel nacional
Sheimbaun por más que se disfrace de indígena y reciba el ’bastón de mando’ como lo acostumbran las culturas indígenas en México, su talante no niega su origen de clase media alta e intelectual, lo cual desde mi punto de vista le resta empatía con la gente.
Todos los partidos y aspirantes a gobernar, ya sea para la presidencia de la república, para el senado, para las diputaciones y hasta para las alcaldías del país, donde se efectuarán elecciones, se encuentran ofuscados, peleando a gritos y sombrerazos, en esta lid se vale de todo, en especial descalificaciones, mentiras, difamaciones etc. de todos contra todos; la mayoría comunica propuestas fantasiosas, inalcanzables, de ensueño, pero no dicen cómo, con qué recursos o que garantías dan para creer que puedan concretarlas.
Si bien la mayoría de la gente se involucra poco a poco en esta dinámica electoral, la mayoría lo hace de manera emocional, hasta visceral, como en un juego de fanáticos irreflexivos en un partido de fut bol, donde las tragicómicas pasiones llegan a desbordarse hasta el absurdo.
Así la realidad en México en esta época de transformaciones, donde la propaganda de Partidos y candidaturas, se estima alcanzará 52 millones de spots, que la gente común y corriente tendremos que soportar estoicamente, hasta que sepamos en manos de quiénes quedarán parte de nuestras libertades, de nuestros derechos y nuestro destino durante los próximos años.
