Subrayó que en aquella fecha, en medio de enconos políticos, se dictó la ley que ciñó el curso de la separación de la Iglesia y el Estado, con lo cual cesó la delegación de funciones del Estado en favor de la Iglesia, y elevó el matrimonio a la categoría de contrato civil, que desde entonces es celebrado ante la autoridad administrativa.
’Esta norma es categórica y un parteaguas en la historia de las leyes en México, porque nunca más se otorgaron efectos civiles surgidos de actos canónicos y se establecieron las causales en materia de separación para la subsistencia de la sociedad, cesando el monopolio y dominio de una de las instituciones más antiguas del mundo occidental’, resaltó la legisladora.
Esta fecha, agregó, es toral para quienes forman parte de los poderes públicos, ya que la norma jurídica se instauró en medio de confrontaciones que dividían al país, por lo que resaltó que, como lo señalaba el Benemérito de las Américas, el gobernante de una sociedad no debe tener más bandera que la ley y que es mediante el triunfo de la ley que se logra el orden social: ’Nada ni nadie, subraya nuestro prócer, debe estar por encima de la ley’.