“Hay que enfrentar (el trayecto) con fuerza y seguir luchando adelante. Nada nos puede detener, solo la mano de Dios. Vamos confiados realmente porque la fe es lo más importante hasta seguir con nuestro objetivo”, dijo a Efe Cynthia Carolina.
Con 22 años, la joven viaja junto con su hijo de cinco años, Daniel de Jesús, con una mochila y unos simple “zapos” (sandalias).
Forma parte de esta caravana conformada por al menos unas 2.000 persona -aunque las cifras varían-, que busca llegar a la frontera de México con Estados Unidos, en un largo recorrido de más de 2.000 kilómetros.
A su vez, el Instituto Nacional de Inmigración (INM) atendió un total de 1.028 solicitudes de refugio de migrantes que ingresaron a territorio nacional por el punto fronterizo de Ciudad Hidalgo.
No obstante, estas personas han sido llevadas a una estación migratoria a la espera de que se resuelva su condición migratoria.
La caravana salió el 13 de octubre de San Pedro Sula (Honduras) con al menos unas 5.000 personas