Atenco, Méx.- Líderes ejidatarios que aprobaron la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), reconocieron el pago de 2 millones de pesos por hectárea, y no de 72 mil pesos como se los habían ofrecido en 2002,
Los presidentes de los comisariados ejidales de las comunidades de Acuexcómac, Atenco, Francisco I. Madero, Santa Isabel Ixtapan, Nexquipáyac y Tocuila, mostraron su preocupación de que los gobiernos Federal y estatal, así como los empresarios que participan en el proyecto aeroportuario cumplan con las obras y programas que ofrecieron para beneficiar a los habitantes de la zona oriente del Valle de México.
En conferencia de prensa, los representantes de los núcleos ejidales reiteraron su apoyo a la edificación de la terminal aérea, pero aseguraron que existe rezago en las obras que les ofrecieron a cambio de que vendieran sus parcelas para el proyecto más importante del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
El presidente del comisariado ejidal de Atenco y alcalde de San Salvador Atenco, Andrés Ruiz, aseguró que la venta de todas las hectáreas que fueron adquiridas por el gobierno federal se hicieron de manera legal.
Según el edil, las cerca de mil 400 hectáreas que hasta ahora han sido vendidas para el proyecto aeroportuario, todas, sin excepción, son tierras salitrosas, infértiles, no productivas para las labores del campo.
El también presidente municipal de Atenco señaló que su comunidad estaba secuestrada por un pequeño grupo que lo único que buscaba era su beneficio y no el de la comunidad y que ahora se está construyendo el progreso de su ejido.
De acuerdo con los representantes de los ejidos, el primero de junio de 2014 llevaron a cabo una Asamblea General en la que aprobaron la Adopción de Dominio Pleno, para así enajenar 557 hectáreas de tierras de la zona salitrosa e infértil al Gobierno federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
De estas 557 hectáreas se han vendido 430, aproximadamente el 75 por ciento a un precio de 2 millones de pesos por hectárea, como lo consideró el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, mientras que en 2002 la oferta de adquisición de tierra era de 72 mil pesos por hectárea.
Los ejidatarios reconocieron que hasta ahora las autoridades no les han entregado los estudios de impacto ambiental de la magna obra, por lo que desconocen si causará daños o no al entorno de la región la construcción y operación del AICM.
Una universidad politécnica, un parque acuático, un aeroparque, así como tecnificación de terrenos de cultivo y de pozos de agua, son algunas de las obras que fueron ofrecidas a los ejidatarios por las autoridades y empresarios que participan en la construcción del aeropuerto, a cambio de que vendieran sus tierras.
Antes de que despegue o aterrice el primer avión en las pistas del NAICM las promesas de obras tienen que ser cumplidas a las comunidades de la región nororiente del Valle de México, señalaron los ejidatarios.
Los representantes de los núcleos ejidales, afirmaron durante la conferencia de prensa ofrecida en un hotel del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que vendieron sus tierras sin ser presionados y que sólo buscan el ’progreso’ de sus comunidades y de sus habitantes.
